Es una buena fuente de betacaroteno, vitamina C y ácido fólico.
Tiene propiedades diuréticas, depurativas y laxantes. Se utiliza fresca en ensaladas.
Originaria de Europa y conocida desde hace siglos, era cultivada como lechuga de invierno hasta que decayó su uso durante los siglos XVIII y XIX debido a la aparición de variedades de lechuga adaptadas en invierno. Su nombre hace referencia a su cultivo en los monasterios.